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Comiendo con Historia

  • Foto del escritor: Gianni Oropeza
    Gianni Oropeza
  • 10 abr 2019
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 20 may 2019


Dentro de una de las zonas más emblemáticas de la ciudad de México (el centro histórico) se erige una construcción que hoy en día es un recuerdo de la época colonial de México (1521-1810). Este recinto actualmente es el claustro de Sor Juana el cual a través de los años ha sido testigo y víctima de las múltiples transformaciones históricas y arquitectónicas del país.


Foto recuperada del Periódico El Universal

De acuerdo con la página web Vía México, a finales del siglo XVI cuando todavía México era una extensión de España, sería construido el ex convento de Santa Paula de la Orden de san Jerónimo, dónde las señoritas criollas que no se casaban entregaban entonces su vida a Dios. Motivo por el cual Sor Juana ingreso a este recinto para convertirse en monja de acuerdo con Diccionario Porrúa de Historia, Biografía y Geografía de México.


Imagen recuperada de google ‘images’

Según la Universidad Claustro de Sor Juana, desde su construcción el convento era un edificio solido, imponente y grande. Con el paso de los años en el siglo XIX la Reforma

Liberal daría fin al poder de la iglesia, y junto con la caída de la religión dicho convento también desaparecería.




Imagen recuperada de google ‘images’

Convirtiéndose así en cuartel, hospital y caballería para militares, lo que causo grandes daños y deterioros en el recinto. Conforme pasaron los años de acuerdo con fundación UNAM en 1927 el ex presidente Manuel del Refugio Gonzalez cedió el edificio como pago por la construcción de la victoria alada (ángel de la independencia) al famoso arquitecto Antonio Rivas Mercado, quién después heredo el edificio a su hija Antonieta Rivas Mercado. De acuerdo con el libro A la Sombra del Ángel, Antonieta, como mecenas del arte no dudo en utilizar el edificio como teatro presentando obras dramáticas de vanguardia escritas por Lord Dunsany, Claude Roger-Marx, Eugene O’Neil, Charles Vildrac y Jean Cocteau.


Imagen recuperada de google ‘images’



Continua explicando el libro A la Sombra del Ángel que, después de haber sido un teatro Antonieta Rivas Mercado decidió convertirlo en el Smyrna Dancing Club, un cabaret donde personalidades como Salvador Novo y Xavier Villaurrutia eran clientes frecuentes, además de asistir políticos, artistas, revolucionarios y jornaleros.

Sin embargo, después de la muerte de Antonieta, el espacio se convirtió en un estacionamiento. La Universidad Claustro de Sor Juana declaró que, comenzó otra vez su deterioro. Afortunadamente poco después

el edificio seria rescatado, restaurado y transformado en universidad por Margarita López Portillo, a través de una asociación civil apoyada por su hermano el presidente José López Portillo.

Hoy el Claustro de Sor Juana, además de ser un recinto histórico, cultural y educativo ofrece la opción de poder comer en su restaurante escuela “Zéfiro”.

“Céfiro” en griego era el nombre del dios del viento cálido del oeste. La poetisa Sor Juana Inés de la cruz en sus poemas se refiere al dios del viento como un viento suave y tibio que traía consigo los frutos de la primavera.


Imagen recuperada de google ‘images’

Dentro de la construcción, según La Universidad Claustro de Sor Juana, lo que se ha rescatado es la fachada perteneciente al estilo arquitectónico neoclásico. Desde la entrada las enormes puertas de metal se abren para dar paso a un gran salón donde los acabados y el color parecieran transportarte fuera de la ciudad. Sin duda un lugar que aunque se encuentra en el centro de una caótica avenida y de un vaivén constante de automóviles, resguarda detrás de gruesas paredes la calma y la armonía.

La calidad del servicio es excelente, pocos creerían que en realidad el restaurante es completamente administrado y servido por estudiantes de la misma universidad.


Imagen recuperada de google ‘images’

Las mesas están puestas de forma armónica, la cristalería es vanguardista y minimalista, lo que hace juego con la fachada y el decorado interior neoclásico. Además de cocinar a la carta, los alumnos también diseñan mes con mes un menú especial de temporada. Este año con motivo de su décimo aniversario, el Zéfiro ofreció una cena temática inspirada en el cine de oro mexicano, con una cena de cuatro tiempos en la cual los curadores gastronómicos ofrecerán a cada comensal una explicación breve de cada platillo, de los ingredientes y de la interpretación actual de la gastronomía mexicana.


Imagen recuperada de google ‘images’

El menú se divide en entradas, plato fuerte, pollo, mar y vegetarianos, postres y bebidas. Por si fuera poco, además los estudiantes a través del Zéfiro organizan eventos como bodas, aniversarios y festivales, entre otros. Llegando al recinto hay un estacionamiento. Para comer hay dos opciones terraza o restaurante. Después de recibir las cartas el mesero (alumno del claustro) sirve el pan y explica la variedad horneada para ese día.




Encontramos una gran variedad de panes, como por ejemplo el de chocolate que presenta aromas suaves, textura crujiente y sensación cálida, a diferencia de el de chile serrano que se caracteriza por una textura mas rugosa y con tropiezos de nuez.

A continuación los platillos capturan tu atención, con platos fabulosamente decorados, este restaurante sorprende a sus comensales, donde los detalles en cada plato reflejan una poesía en sí mismo.

La estrella del menú es un postre exquisitamente preparado, se trata de musa. Un

pastel tibio con relleno de chocolate, acompañado de helado de rompope y cocoa esparcida en el plato que se derrite lentamente en la boca, además la temperatura hace que la mezcla del biscocho y del helado formen un sabor único.


Foto tomada por Gianni Oropeza

Decorando el postre lo acompaña un poema de Sor Juana

“De el divino narciso

Mirando lo que apetezco,

Estoy sin poder gozarlo;

Y en las ansias de lograrlo

Mortales ansias padezco”






El zéfiro es como un oasis de paz en medio del tumulto donde uno puede relajarse y disfrutar de la atmósfera que el claustro y sus alumnos te ofrecen. Además después de comer en el restaurante puedes dar un paseo por las instalaciones, conocer sobre la historia del recinto y si quieres hasta puedes inscribirte a uno de sus muchos cursos como poesía, cocina mexicana, cocina poética entre otros.

Ubicación: San Jerónimo 24, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro, 06000 Ciudad de México, CDMX

https://goo.gl/maps/kwD8TFFoGLtu4zx98

Reservaciones: 51303385

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